Hay canciones que te acompañan durante toda la vida, y que en lugar de asociarlas a algún momento determinado, resurgen cada cierto tiempo para tratar de recordarte algo que debiste aprender desde la primera vez. En mi caso, Overkill de los australianos Men At Work es una de esas canciones.

Siempre he sido de romperme la cabeza, de darle vueltas y vueltas a los problemas, algunos triviales y otros no tanto, hasta la desesperación, especialmente de noche. En ese proceso de conocerse a uno mismo, que no es sencillo, en algún momento me cree la narrativa de que esto es por que mi mente funciona de una forma predominantemente racional, y que además soy bueno resolviendo problemas. La realidad es que esto puede que tenga algo de cierto, o puede que no, por que al final es solo eso, una narrativa. Pero como es la narrativa que me había creado y creído, cuando inevitablemente me encontraba con problemas que no podía resolver, esto me llenaba de frustración y, especialmente, de ansiedad. En su esencia esta canción es para mi un himno a la ansiedad.

Hasta hace poco, esa narrativa quedaba ahí, reconocer que soy una persona ansiosa y que eso viene por no poder resolver problemas de forma racional, y que como no somos perfectos, simplemente tendría que aprender a vivir con esa parte de mi personalidad y, en el mejor de los casos, manejar la ansiedad. Afortunadamente tuve una experiencia que me permitió disminuir las barreras que mi mismo ego me imponía para entender que el asunto de fondo va un poco más allá. En mi caso fue entender que esto deriva de un asunto de control. La racionalidad y la resolución de problemas no es más que un intento de control, o mejor dicho, de mantener una ilusión de control. La linea de pensamiento es que si está bajo mi racionalidad el resolver un problema, entonces está bajo mi control.

Y por supuesto que muchas de las cosas que creemos que están bajo nuestro control no lo están, en realidad es muy poco lo que podemos controlar. En mi caso por lo tanto no es un tema de aprender a manejar la ansiedad, sino de soltar esa necesidad de control, reconocer la futilidad de eso. No quiere decir esto que no hagamos un intento de influir en nuestras realidades de forma positiva y que vayamos como rama flotando por el rio de la vida, quiere decir que entendamos que hay momentos para remar en el río y otros momentos donde por más que rememos no vamos a poder con la corriente. Cuando rememos, hagamos el esfuerzo para que el viaje sea más placentero y menos turbulento, por que al final el viaje terminará en el mismo sitio, metros más, metros menos.

Espero que esta vez el aprendizaje sea permanente y que Overkill se transforme en una canción que me recuerde cuando no tenía esta lección tan clara, y deje de ser un himno a la ansiedad. Aunque de nuevo, eso es también un ejercicio de control. Al final somos humanos después de todo, y nuestros fantasmas aparecen y desaparecen.

I can’t get to sleep
I think about the implications
Of diving in too deep
And possibly the complications
Especially at night
I worry over situations
I know will be alright
Perhaps it’s just imagination
Day after day it reappears
Night after night my heartbeat shows the fear
Ghosts appear and fade away
Alone between the sheets
Only brings exasperation
It’s time to walk the streets
Smell the desperation
At least there’s pretty lights
And though there’s little variation
It nullifies the night
From overkill
Day after day it reappears
Night after night my heartbeat shows the fear
Ghosts appear and fade away
Come back another day
I can’t get to sleep
I think about the implications
Of diving in too deep
And possibly the complications
Especially at night
I worry over situations that
I know will be alright
It’s just overkill
Day after day it reappears
Night after night my heartbeat shows the fear
Ghosts appear and fade away
Ghosts appear and fade away
Ghosts appear and fade away