A estas alturas vale la pena preguntar ¿Por qué otro blog?.
Debo confesar que nunca he llevado un diario, sin embargo hoy comienzo un viaje que quiero documentar y compartir.
Hasta hace un par de años (o tal vez cuatro años) mi vida había sido muy tradicional y relativamente exitosa. Había encontrado a mi pareja de vida, con la cual había construido a lo largo de 14 años un proyecto de vida en común. Primero nos preparamos académicamente, luego nuestros esfuerzos profesionales (siempre como empleados y viviendo de nuestro «15 y último») nos permitieron ir adquiriendo los bienes materiales – casa propia, carro – necesarios para continuar nuestro camino, y seguir construyendo un hogar que se vio coronado con el nacimiento de nuestros dos preciosos hijos. Básicamente, todo era perfecto, teníamos amor, sustento material, carreras profesionales exitosas y dos hijos hermosos.
El 23 de septiembre de 2013 falleció mi esposa. Tanto su enfermedad como su fatal desenlace significaron un proceso de deconstrucción de muchos paradigmas en mi vida, como el de la «seguridad» o el paradigma del «éxito». Sin dar muchos detalles, puedo decir que ese proceso trajo como consecuencias una ruptura con mi carrera profesional, una desmejora en mi estado de salud físico y psicológico, una vuelta a viejas y dañinas adicciones, y el reto de criar a un niño de 4 años y una niña de 2 años sin su madre.
Los dos años que han transcurrido desde entonces han estado dedicados al restablecimiento. Primero a nivel personal y psicológico, asumir la perdida, transitar por el duelo, y vencer a la depresión. Luego de esto, y en segundo lugar, comenzar una reconstrucción profesional, recuperar la confianza perdida, aprender a sentirme útil de nuevo y entender a que quiero dedicar mi tiempo y a que no. Hoy puedo decir que considero ambos objetivos alcanzados, y sin embargo puedo decir también, con total certeza, que lo logrado es apenas una primera fase, una plataforma que me permite ver el resto del camino que debo recorrer para tener una mejor vida para mi y para mis hijos.
¿Por qué otro blog?. Por que comienzo ese camino, un camino que probablemente sea muy ambicioso y que tiene pocas posibilidades de éxito, pero que creo que vale la pena documentar. Hoy en día, después de dos años de reconstrucción, puedo decir que tengo claros los objetivos que quiero alcanzar y tengo claro un plazo de tiempo para lograrlos.
Hoy faltan un año y siete meses para cumplir cuarenta.
Buenas energías y éxito en sus metas! un abrazo
Genial tu articulo Carlos! tuve la oportunidad de conocerte en el CNTI mientras era parte del equipo de canaima. sere espectador de tu nuevo camino . Un abrazo hermano. Animo y fuerza!