Corría el año 1998 y en cuestión de dos meses se celebraron dos conciertos multitudinarios en la Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda, mejor conocida como La Carlota. El primero fue la Experiencia Roja (patrocinado por una marca de refrescos de ese color), y el segundo, el de Amnistiá Internacional celebrando los 50 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En ambos tuve la oportunidad de «trabajar», por que era parte de un grupo muy loco de gente que, llenos de ingenuidad y muy faltos de vergüenza, trabajamos en Venevisión haciendo la pagina web, y créanme que cuando digo haciendo, es el término correcto. Hacíamos de todo, contenidos propios que no tenían nada que ver con lo que el canal daba «En pantalla», desarrollo web, diseño, videos, transmisiones en vivo, y hasta coberturas periodísticas. Como nadie tenía mucha idea de que era eso de la Web y para donde iba, nos dieron una casa al lado del edificio principal del canal y nos dejaban hacer «desastres», con las únicas condiciones que mantuviéramos una parte sería y correcta para el Noticiero y para el Miss Venezuela. Para muestra, hagan click en los enlaces de arriba.
Entre esas locuras que inventamos estuvo realizar el primer concierto transmitido en vivo vía streaming desde Venezuela (que tengamos constancia). En enero de 1998 montamos a Desorden Público en el medio de nuestra oficina y con una Handycam conectada a una tarjeta capturadora de video transmitíamos, vía Real Video, un concierto de un par de horas de una de las mejores bandas que esta tierra ha parido. Estamos hablando de una época donde una Tarjeta Capturadora de video y una conexión constante y suficiente para hacer un streaming era una extravagancia que solo un canal de televisión se podía permitir. Fue todo un éxito, creo que llegamos a tener a 200 personas en simultaneo (de nuevo, 1998), y los venezolanos en el exterior nos escribían al correo que dispusimos para la ocasión con una alegría inmensa de poder estar viendo a la distancia a su Desorden.
Hablando de Desorden Público (que por cierto, vaya demostración de prospectiva mostraron aceptando hacer esa locura de transmisión) , a partir de la experiencia nos hicimos muy panas de ellos y eso llevó a que el día del concierto de AI que mencioné arriba me permitieran estar en la tarima cuando ellos tocaron (En el lateral de la tarima, sacando fotos y grabando, no tocando). La impresión de ver decenas de miles de personas reaccionando a su música desde esa perspectiva es una experiencia inolvidable. Aunque el video que comparto no tiene muy buena calidad, es el único que encuentro que refleja ese momento.
Al final, la realidad nos alcanzó. El 6 de diciembre de ese año comenzó a cambiar Venezuela para peor. Los militares tomaron el poder de forma electoral y los civiles no hemos dejado de perder espacios. Hoy en día resulta muy lejano, y hasta irónico, pensar que hace 19 años les tomamos La Carlota y celebramos los Derechos Humanos en su patio. Y en cuanto a Venevisión, también en algún momento se dieron cuenta que tenían un grupo de gente «haciendo locuras» y el poder corporativo se impuso para enseriar lo que se hacía. Viendo para atrás, estoy seguro que tanto Venevisión como Venezuela hubieran querido tomar decisiones distintas en el 98.
Vivo en un lugar que despierta
bajo un mismo sol (oh oh oh oh)
entre millones de corazones
que palpitan con fuerza
y hacen que la tierra tiembla
gente que esta cansada
de crisis, miseria y guerra urbana
gente que trabaja
y piensa trabaja
y piensa que trabaja
duro y sin recompensa (oh oh oh)
sin recompensa (oh oh oh)
Vivo entre gente que tiene
paciencia y esperanza
que saben que las cosas
buenas llegan pero suelen
ser la que mas de tardan
esa gente quiere echar pa’ fuera
la ignorancia
la corruptela y la flojera
que son las peores consejeras (que traban la puerta)
y esa misma gente
quiere que la tierra tiembla
y esa misma gente quiere
que la tierra tiembla
para que caigan los mal parados (que traban la puerta)
pa’ que se vayan esos vampiros
y así se abran nuevos caminos
la tierra tiembla (oh oh oh)
Yo no me voy de aquí
hasta que revienta
yo no me de aquí
hasta que revienta
Tengo un ancestro africano
tengo un hermano latinoamericano
tengo un primo al que le llaman indio
y el no entiende de racismos
solo pide que le dejen tranquilo
y mientras tanto el norte sigue mirando
hacia abajo y el sur se
ve mas a si mismo
y se esta hinchando
Qué belleza Carlos González Rico, me arrugaste el corazón con este recuerdo que compartimos. Bueno, yo no estuve nunca en la tarima sino atrás pasando roncha pero igual recuerdo con cariño ese día.
Gracias mi Chaina. Compartimos muy buenos momentos, mejores que esos conciertos donde hasta nos maltrató un sargentico jejeje